¿Qué enseñan los maestros de danza?
Primera parte
Muchas veces, al preguntarle a un maestro de danza ¿qué enseñas en tu clase?, la respuesta es: pasos, o técnica, o a sentir los impulsos del movimiento, o a formar alumnos creativos, o a que los alumnos improvisen movimientos y que por medio de ellos encuentren a la técnica, etc. En mi experiencia personal nunca me han contestado, yo enseño a mis alumnos a bailar.
En mi práctica como maestra de las escuelas de danza profesionales, he estado en contacto con numerosas propuestas de la enseñanza de la danza clásica y contemporánea.
Comienzo con el ballet clásico. Actualmente, la técnica del ballet clásico se puede considerar global. Un bailarín profesional, formado en cualquier escuela y siempre que haya tenido la fortuna de tener buenos maestros, es capaz de bailar el repertorio tradicional y también las propuestas contemporáneas del ballet en cualquier lugar del mundo.
Cuando uno les pregunta a maestros con experiencia ¿Qué es lo que se le debe enseñar a un futuro bailarín clásico? La respuesta es qué en primer lugar, se debe proporcionar al alumno una base sólida de la técnica del ballet, complementada con conocimiento de las danzas preclásicas, de carácter y contemporánea, además de una comprensión de los diferentes estilos del repertorio tradicional. Sin embargo, ¿es esto suficiente? ¿cómo se le enseña a bailar? Esta pregunta ha rondado mi cabeza por largo tiempo, porque me queda claro que enseñar técnica y las diferentes asignaturas, no es enseñar a bailar, no obstante, también tengo claro que es imposible para un bailarín clásico, bailar sin técnica.
En conversaciones con mis colegas, mis inquietudes no parecen tener ninguna importancia porque siempre se discute y se analiza el desarrollo técnico del futuro bailarín, además, estas discusiones también se centran acerca del mejor método para la enseñanza del ballet, que si la escuela rusa, que si la cubana, que si la inglesa, etc.
Pero yo siento que se pierde el tiempo discutiendo acerca de las escuelas, ya que todas ellas producen excelentes bailarines y aunque cada una lo hace con su estilo, los bailarines que producen se desenvuelven bien en las principales compañías de ballet del mundo. Me parece que, en lugar de centrar la discusión en las diferentes escuelas y sus propuestas, se debería centrar en cómo enseñar a bailar.
Siempre buscando respuestas a estas interrogantes, cayó en mis manos un libro: "L'éveil et l'initiation à la danse" (El despertar y la iniciación a la danza) de los cahiers de la pédagogie (cuadernos de la pedagogía) del Centre National de la Danse (Centro Nacional de la Danza de Francia). La primera página comienza con la siguiente cita de Françoise Dolto: "La danza es un lenguaje y este lenguaje no es solamente una satisfacción del cuerpo, o de un cuerpo a otro cuerpo, Es un arte que trasciende el cuerpo". Y en seguida Françoise Dupuy escribe lo siguiente: "Es usted como artista quien debe introducir al niño a la danza. Es el artista que usted es, es esa parte de usted mismo lo que es esencial, sobre todo porque la danza del artista y la del niño se deben encontrar. Para el bailarín cada instante de su danza es un acto creador, porque implica, en el instante la totalidad de su persona. Es un acto único que no se reproducirá idéntico jamás, de la misma forma sucederá con la actividad lúdica del niño."
Este hallazgo me motiva a experimentar la enseñanza del ballet siguiendo otros principios, la enseñanza del ballet como lenguaje y como arte. Por supuesto, apoyado en la base técnica necesaria, pero cambiando el énfasis de la enseñanza. Esta nueva forma de enseñar implica un gran reto.
A lo largo de la historia, la enseñanza del ballet se ha basado en una tradición que se transmite de generación en generación, utilizando el mismo lenguaje, imágenes y correcciones técnicas. Es tiempo de considerar alternativas en la enseñanza del ballet clásico.
Continuará
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