Arte: secreción humana

15.05.2024

En ocasiones la escritura de un artículo de opinión de torna poco fácil, y no es que no fluyan las ideas, pienso que escribir es una de las actividades más clarificadoras que podemos hacer para encontrarnos en el punto exacto de nuestro proceso personal, es decir, que pensamientos son recurrentes en nuestra cabeza, lo cual, se encuentra estrechamente vinculado a nuestro sistema de creencias, es por ello que hoy, el artículo se torna más en un poema, una bella forma de hilvanar todo un universo de luces, colores y sombras, mismo que describe en gran medida como es el proceso creativo, la resiliencia y la inspiración en breves líneas que conectan todas las partes de un artista.

El arte que se expresa con resiliencia, es en realidad la actividad diaria de casi todos los artistas cuya sustancia va más allá de la búsqueda del reconocimiento, y de la necesidad de sacar a la luz los procesos que se gestan dentro. La resiliencia se expresa en aquellos artistas que surcan con audacia sus aguas internas, iluminan los recovecos, llevan luz a las partes más sombrías y el producto de ese viaje introspectivo y consciente son aquellas obras que conectan con un sentir colectivo pero cuya expresión es un resultado muy particular.

Viaja en barco, en avión y por el aire en notas musicales,

asimétricas,

Arte en la matemática y los números

Que contabilizan butacas vacías

Anhelos perdidos

Lesiones físicas, emocionales y del espíritu.

A pesar de su dolor, el arte se alborota cuando se le calla,

reclama su espacio en el mundo.

Agita sus alas como un pollo al que le han agarrado el pescuezo,

se sacuden por su vida.

Cuando el capitalismo ahorca a los artistas,

el arte no cede,

feroz como una leona que protege a sus crías,

El arte no puede esconderse durante mucho tiempo.

Si el arte se esconde, el pecho explota.

Es una necesidad biológica como el orinar.

Una secreción del humano,

un flujo vivo,

emana de los poros,

de la piel,

de la memoria,

del anhelo,

de la víscera.

No cabe en el artista,

debe extenderse y expresarse.

Algo lo llama,

Los espectadores inconscientemente son parte del proceso creativo,

–sus plegarias, escuchadas por el destino–

el artista es un puente entre lo que el humano necesita experimentar

y lo que nace en el corazón del artista,

todo

entremezclado

en la vida

Las páginas tibias como el té.

Las letras hirvieron en la sangre antes de verterse en las hojas.

Sedimentarse.

Ha de esperarse unos minutos antes de que el sedimento del arte se plasme,

se absorba en las sienes del que lo piensa, y el que lo recibe.

El arte pinta el inconsciente de los humanos,

sin darnos cuenta,

las imágenes que suceden en nuestro pensamiento,

de las que alimentamos nuestra vida cotidiana,

están plasmadas de colores,

texturas,

sonidos,

sabores y misterios,

El simple hecho de pensar es arte, pero no lo dejamos fluir.

Se nos ha educado a obstruir aquello que hace ruido,

que molesta,

que no estorbemos el camino de los demás,

Los artistas no somos estorbo,

sino protesta,

un aullido en el silencio,

un grito de auxilio,

una alarma sísmica.

El arte suena.

Aquellos artistas que no le convocan se ponen ansiosos,

piensan demasiado si eso que están pensando crear es arte o no,

y al momento de intentar pensarlo lo matan.

Una muerte en vida, sonámbula, perturbadora.

No conoce de límites,

a todas horas nos puede atropellar,

nos arrasa con su oleada de imágenes,

El arte no cabe en un sitio,

ni en una forma,

ni en un país:

No conoce de fronteras,

encuentra sus caminos,

Busca en sus múltiples hogares y no encuentra ninguno,

vagabundo por las calles,

príncipe en los domingos en las bellas artes y elite.

conoce la noche y su frío.

El arte es un corazón vivo.

Raíz que palpita en las entrañas de la sociedad, en sus pulmones.

Oxígeno invisible que permite la vida.

El arte protege a la sociedad de su adormecimiento.

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