Confrontar es la esperanza para crecer

01.02.2023

El conflicto y la confrontación son una parte inevitable en cualquier relación humana, por muy buenas que sean estas, cada persona tiene sus opiniones y su particular forma de ver las cosas que no siempre coincide con la del resto, ya sea en el ámbito laboral, familiar o social. Enfrentarse a un otro suele ser una situación difícil, ya que a menudo implica tomar una posición en contra de alguien o algo. Sin embargo, también puede ser necesario para defender los derechos y las libertades de uno mismo o de los demás.

En primer lugar, es importante reconocer que las emociones son una respuesta natural a una situación de conflicto, es normal sentirse frustrado, enojado o herido cuando se discute una situación problemática, no obstante, permitir que estas emociones tomen el control puede llevar a comportamientos impulsivos y dañinos.

Es necesario considerar las consecuencias de cualquier acción antes de tomarla, es decir, cómo manejar los sentimientos frente un conflicto puede marcar la diferencia entre una solución constructiva o destructiva, puesto que, una situación conflictiva no siempre tiene que ser violenta o agresiva, puede ser una discusión racional y respetuosa, o incluso una acción pacífica como una protesta. Lo importante es que se respeten los derechos de todas las partes involucradas y se busque una solución justa y equitativa, existen varias estrategias para lidiar con el conflicto y la confrontación como puede ser:

Comunicación efectiva: Asegurarse de escuchar activamente y expresar claramente los propios puntos de vista, esto puede ayudar a resolver los conflictos de manera eficaz.

Negociación: Tratar de llegar a un acuerdo mutuo en lugar de imponer una solución para ayudar a ambas partes a sentirse más satisfechas con el resultado.

Solución de problemas: Trabajar conjuntamente para encontrar soluciones funcionales para ambas partes, conlleva a la resolución de conflictos de manera positiva.

Regulación emocional: Ser consciente de lo que se siente y tomar medidas para controlar las respuestas, una forma de hacerlo es tomar distancia/tiempo para enfriar los ánimos y poner las cosas en perspectiva antes de responder.

Búsqueda de ayuda: Si no se puede resolver el conflicto por sí mismo, buscar ayuda de un tercero imparcial puede ser útil.

En resumen, con estas habilidades, se puede manejar de manera más conveniente los conflictos y llegar a soluciones constructivas, sin embargo, es importante el trabajo interior, trabajar en el autocontrol, conocernos a nosotros mismos y así poder gestionar nuestros sentimientos y comportamientos para poder expresarnos de manera asertiva en lugar de caer en comportamientos agresivo/pasivos. Esto significa expresar lo que se siente de manera clara y directa, sin atacar o minimizar los sentimientos de la otra persona, por otra parte, también es fundamental trabajar la empatía, la comprensión de los sentimientos de la otra persona, entender por qué alguien se siente de cierta manera, esto puede ayudar a encontrar una solución más satisfactoria para ambas partes.

Tener conflictos es parte de la vida y de nuestro aprendizaje, indaguemos en nuestra inteligencia emocional y cuestionemos nuestro sistema de creencias para ser mejores individuos y poder reaccionar con más paciencia (paz y ciencia) ante los retos que nos depara la vida y así responder asertivamente y ser un buen ejemplo para todos al interior del constructo social.


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