Danzaterapia: conexión cuerpo-mente
La belleza de la danza no solo radica en su estética o
en su técnica; sino que va mucho más allá de lo que podemos imaginar. Todos los
días cada uno de nosotros tiene una rutina en específico, ya sea ir al trabajo,
al colegio, estar con la pareja o bien simplemente salir a caminar un rato, y
cada una de estas rutinas tienen una característica similar entre ellas y es
que se involucra el movimiento. Esto lo podemos entender como el desplazamiento
de un cuerpo de un punto a otro a cierta velocidad, pero es mucho más grande
que esto, ya que el movimiento es una característica de vitalidad, es una
herramienta que nos permite ser, conocer, aprender, socializar, comunicar y
mucho más. Y es justamente este movimiento el que es usado dentro de la
Danzaterapia.
A lo largo de la historia el hombre ha buscado diversas maneras de expresar tanto lo que es conocido como aquello que desconoce y trata de darle una explicación; y precisamente la danza ha sido una de las herramientas a través de las cuales el hombre ha expresado más de una cosa. Pensemos por un momento en aquellas danzas de nuestros antepasados, estas danzas que eran sinónimo de rituales o procesos espirituales, este tipo de danzas marcaron el primer vistazo del poder terapéutico que puede tener este medio de expresión, pues por un lado entendemos que eran un mecanismo de catarsis a través de los cuales se liberaban emociones tanto positivas como negativas y las enmarcaban en un proceso funcional; pero al mismo tiempo era un vínculo social pues cada paso o cada danza hacían que el individuo fuera perteneciente a una cultura o una sociedad en específico; por lo tanto, la danza era considerada un mecanismo de expresión espontáneo pues no existía una técnica en particular sino que consistía en comunicar, sentir y ser parte de algo. Esta idea ha ido evolucionando y tal vez nos hemos enfrentado a procesos o años en los cuales la danza perdió este grado espontáneo, pero en muy cierto que hoy en día la danza por sí sola cumple un papel terapéutico tanto físico como emocional y esta parte es la que aprovecha la danzaterapia.
En sus orígenes la danzaterapia era pensada como una metodología que solo iba dirigida a personas de la tercera edad o bien personas que padecían de algún tipo de discapacidad diferente, tanto motriz como cognitiva; pero esta idea fue cambiando hasta llegar al punto actual, donde esta metodología es para todo aquel que quiere conocerse a sí mismo a través de su propio cuerpo y motricidad. El punto central de la danzaterapia es que las personas puedan tener conciencia sobre su mente - cuerpo y que los procesos corporales puedan ser traducidos a procesos cognitivos y viceversa. Pareciera algo complicado o bastante complejo, pero lo cierto es que se desarrollan técnicas que permiten la exploración de cada individuo lo cual provoca estados catárticos en los participantes, pero al mismo tiempo procesos fisiológicos buenos para cada persona.
¿Pero cuál es el sustento psicológico de esta metodología? La danzaterapia inicio con el desarrollo psicoanalítico particularmente de Carl Jung, pues usaba la teoría de los arquetipos para hacer representaciones dancísticas a través de las cuales se ponían significaciones a las emociones y a cada movimiento; esto permitía viajar al inconsciente de cada persona y entender mejor este punto. De igual manera los primeros criterios implementados dentro de la danzaterapia era el desarrollo de sesiones grupales, pues con ello se empatizaban y se reconocían procesos individuales reflejados en otra persona. Esto poco a poco fue evolucionando y es muy cierto que la misma danzaterapia empezó a incorporar otras corrientes psicológicas como Gestalt y el Humanismo. Hoy en día podemos usar cualquier corriente psicológica que mejor nos parezca pues recordemos que lo principal es el cumplimiento de los objetivos terapéuticos de cada persona.
El desarrollo de teorías que involucran el movimiento y la psique humana cada vez se hacen más populares y de una gran funcionalidad, pues es así como se han desarrollado técnicas o procesos como los cinco ritmos de Gabriella Roth o el análisis del movimiento, de los cuales hablaremos después. Sin duda alguna el movimiento es algo que nos acompaña desde el primer día de nuestras vidas, incluso las propias emociones tienen ciertas respuestas en nuestro cuerpo y conducta, haciendo de esto una gran visión para la importancia de la motricidad en nuestra vida.
Cuerpo y mente deben trabajar a la par para alcanzar procesos internos y externos que favorezcan el desarrollo integral de cada persona. Así que tomate un tiempo y agradece a tu cuerpo todas las dinámicas o actividades que te permite hacer día con día, pues te aseguro que hace mucho por ti.
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