Del talento y la voluntad
"El artista vive, no fantasea con la vida que cree tener"
Con frecuencia los artistas creen que con el desarrollo de una técnica perfecta, lograrán el máximo desempeño en la disciplina de su elección, evidentemente la persecución de este objetivo suele afianzarse como ancla durante la etapa escolar en el ámbito formal, debido a que los resultados de la profesionalización son tangibles y de la mano del reconocimiento de "expertos" en el área, finalmente fomentan consciente o inconscientemente dicho objetivo, sin embargo, al lograr un dominio técnico impoluto ¿Estaríamos frente a un artista consagrado debido a su gran talento?
Generalmente se escuchan aseveraciones como "tiene mucho talento" "nació para esto" "se le da tan fácil" sin embargo, pocas veces escucho decir, que no basta con tener talento, si no somos capaces de mantener su desarrollo en el tiempo, es decir, un esfuerzo sostenido, pues el talento nada tiene que ver con la motivación, curiosidad y voluntad y si lo pensamos en realidad todas las personas (artistas o no) guardan dentro un talento "don" único y especial que en ocasiones no llegan a conocer jamás.
La posibilidad que nos brinda el quehacer artístico es reconocer tanto las aptitudes, como carencias de vida, con las cuales cargamos de forma evidente, pero también nos hace conscientes del talento que poseemos, empero, tener y conocer dichos factores no hace que su desarrollo sea llevado a buen termino ¿Y a qué me refiero con buen término? Sencillamente a poner ese talento a un servicio mayor, a un bien común en pro de la sociedad en que se vive; sin embargo, primero debemos comenzar por reflejar este aspecto a nivel personal e iluminar las diversas áreas de nuestra vida en el diario acontecer.
El talento requiere del alimento de la motivación en este caso me refiero a la intrínseca, porque el factor externo puede faltar por momentos, sin embargo, siempre serán aspectos subjetivos ya que parten de las necesidades, gustos y carencias de otras personas, en resumen, de su particular forma de comprender y traducir lo que miran. Ahora bien, el artista ha de tener clara la esencia que le empuja a desarrollar su aprendizaje, más allá del objetivo evidente, pero sobre todo aprender a desarrollar la voluntad día a día para dar forma concisa a su talento. ¿Por qué? disciplina y voluntad no son lo mismo, la voluntad es la fuerza que nace del interior para realizar una acción de forma comprometida, mientras que la disciplina al dar continuidad fomenta un hábito, pero el arte no es un habito, por ello el abuso de la disciplina en mi opinión nos aleja del arte mismo.
Por el contrario si fomentamos la curiosidad; nótese que en ningún momento hable de disciplina como tal y espero no se no se mal entienda, pero fijar horarios inamovibles durante años, sin tener vida personal, sin afectos, llevando actos ritualistas que tristemente se enseñan de generación en generación, concluyen en oleadas de "nuevos artistas" siendo copia del docente, o artista preferido, es como si perdieran su criterio personal y formaran parte de un rebaño conductual. Para empezar la disciplina es el seguimiento de reglas constantes para mantener orden y mantener la subordinación para alcanzar un objetivo, lo cual me parece perfecto, siempre y cuando no estemos refiriéndonos a la vía para desarrollar el quehacer artístico en su totalidad.
Sucede que el arte no es necesariamente orden en su génesis, lo que requiere orden es la estructura mediante la cual se expresa dicho arte, por eso es que encontramos el nombre de "disciplina artística" evidentemente, para llevar a buen termino la técnica se requiere disciplina, pero entonces tenemos artistas egresados con excelentes puntuaciones pero que no saben bailar, no saben interpretar, saben sobre disciplina y no estoy en contra de ella, lo que quiero decir es que evidentemente se requiere de ella, pero ponderarla por encima de todo nos lleva a una perdida del sentido con respecto de la actividad artística.
El sentido del arte no estriba
en la disciplina (aunque se sirve de ella) más bien en la motivación,
curiosidad, una constante búsqueda personal y la voluntad, dichos factores se retroalimentan
y fomentan la disciplina dentro de márgenes saludables, ya que el artista
requiere vivir para poder expresar, porque entonces habla de lo que siente y no
de la vida que se está imaginando, puede empatizar con el sentir colectivo, en
ese momento deja de ocuparse si es "el mejor" "el más hermoso" "si tiene una
línea perfecta en escena" "si su oído es absoluto" " si pinta como aquel
artista reconocido" estas frases solo son ecos que no impactan en su ego, de
tal suerte que cuida y abraza su talento natural (en el caso de que exista) para el arte.
Por otro lado quiero terminar este artículo con una frase que una vez escuche de una profesora de ballet "el mundo del arte esta lleno de necios más que de talento" Así que si estabas pensando que el talento lo es todo, permíteme decirte que hay muchas vías para llegar hacia un lugar, lo importante es tener claro el objetivo, recuerda que no existe ni una sola persona que adolezca de talento, lo que dejamos del lado es nuestra motivación y por ende renunciamos a nuestra voluntad, pero esto es siempre una elección personal.
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