El cuerpo que habitamos

11.01.2023

En ocasiones pienso que simplemente somos seres extraordinarios viviendo experiencias ordinarias, embotados creyendo que somos ordinarios y en esta irónica visión nos convencemos de ser entes ordinarios en la búsqueda de aquella anhelada vida que hará de nuestra existencia algo extraordinario, pero ¿Por qué tenemos esta distorsión sobre nuestra experiencia de vida? El problema estriba en nuestra ingenuidad y estupidez alternada de forma simultánea, pues somos crédulos de casi todo si contamos con una buena dosis de apertura y sugestión, es como si suprimiéramos nuestra capacidad intelectual para cuestionar y aquellos que osan alzar la voz del pensamiento en pro de respuestas lógicas se encuentran con formulas morales que desvalorizan y desmoronan cada idea, es en este punto donde nos convertimos en estúpidos, estúpidos ilustrados leí una ocasión, sin embargo, no dejamos de serlo.

La vida se nos va persiguiendo ilusiones, que vistas en perspectiva pueden tenerse por vacías y carentes de sentido, sin embargo la contradicción es que estas terminan por modelar la vida de cada ser y finalmente otorgan un significado en la existencia de esa persona, sería posible hacernos conscientes de ello antes de morir, puedo responder que generalmente no sucede así; cuando pienso sobremanera al respecto me parece una especie de juego siniestro, en el que al morir tu consciencia se eleva y realmente somos capaces de recordar quienes somos y que es lo que estamos buscando en cada reencarnación, sin embargo, al adquirir un cuerpo físico sucede que caemos en una especie de amnesia debido a la densidad del cuerpo que habitamos, salvo algunos seres iluminados que nos han enseñado que si es posible despertar de ese olvido. Fuera de los iluminados, millones de almas encarnadas en el planeta tierra fracasan en cada retorno.

Este cuento como otros tantos que existen los creemos y la pregunta es por qué, sería demasiado injusto sostener que por ingenuos y estúpidos, es entonces cuando podemos culpar al sistema, matriz, etc., es decir, buscando siempre algo fuera de nosotros que nos lleve a entender que el daño puede estar más fuera que dentro de nosotros, en mi opinión la respuesta es nuestra dualidad y la imposibilidad de integrar el caos como otra forma de orden dentro de nosotros mismos, debido a que el caos es una energía amorfa, no comprendemos cuando nace, como se desarrolla, no podemos definir su principio ni su fin, su interacción es desconocida para nosotros, por ende se escapa de nuestra capacidad intelectual, y todo lo que ocurre fuera de este marco simplemente resulta aterrador y las connotaciones suelen ser negativas.

Sucede todo lo contrario para el orden que puede ser medido y cuantificado, entendemos que va del punto A al punto B, podemos delimitar su principio y su final, incluso su efecto posterior, luego entonces nuestro ego puede sentirse seguro dentro de ciertos márgenes, ya que su naturaleza es calcular, medir, organizar, disponer de acuerdo con su particular juicio, nacido de la naturaleza de su visión, pero su parte complementaria, la consciencia es ese caos que no tiene forma, no tiene principio ni fin, se construye de momento en momento por eso es que el momento presente es su fundamento.

¿Podemos decir entonces que la consciencia siente? Y si es así ¿podemos encontrarla en todas las experiencias terrenas que nos acerquen a la percepción? Entonces estaríamos hablando de la percepción del mundo material creado por un ego para sentirse seguro al interior de una cárcel que le daña pero que le preserva y que ha creado todo cuanto existe no para extinguir a su parte dual, la conciencia, más bien para poder vivir y escapar de todo aquello que no comprende porque su naturaleza es temer, en contraparte su dual, es confianza total en la existencia, pues sabe que puede cambiar de forma, pero jamás dejará de existir, incluso es posible que este aspecto no sea un tema relevante para la consciencia, simplemente fluir en el inmenso océano de la existencia infinita con sus interminables formas, por ende, la consciencia es el movimiento perpetuo el cambio constante, la renovación y para estos aspectos no hay cabida para el apego, ni las formas preestablecidas, doctrinas-creencias.

Pareciera que te he contado una historia compleja y sin respuesta dedicada al misticismo propio del hermetismo, sin embargo, cada una de estas encrucijadas adquieren vida en el interior humano y son manifestadas en el cuerpo, es por esta razón que la visión que compartimos del cuerpo es más amplia, que un entrenamiento, una línea perfecta, un estado meditativo, ya que somos caos y orden de forma simultánea, y la actividad del arte tan desvalorizada tiende puentes insospechados hacia caminos indescifrables que solo pueden vivenciarse mientras se esta inmerso en el quehacer del arte, empero, no el arte de las escuelas; si bien el arte conlleva una técnica, no es la técnica lo que va a liberar el potencial y abrirá la puerta al ser consciente que somos, pero si es la plataforma sobre la cual avanzamos en el camino hacia el auto encuentro para poder fundirnos con la vida misma.

En primera instancia el arte, hablare de la danza concretamente, permite una comunicación interna que desarrollamos a medida que nos apropiamos del espacio, y desarrollamos la propiocepción, casi paralelamente la interocepción, y aquí comienza el camino del dialogo interno, en este punto es importante estar atento y no perderse en la forma, es decir, no convertirte en un adonis que se idolatra frente al espejo y comienza por gustar del reflejo que este le ofrece, ya que aquí nace el apego a una imagen, y es cuando la mente puede intoxicarse de ideas frívolas sobre el aspecto físico, entonces aquello que te acerco a la danza, comienza a extinguirse.

El camino del arte es como el sendero del adepto que anda sobre el filo de la navaja, caer hacia cualquier extremo le coloca en desequilibrio, no puede ser solo esencia, ya que tiene un cuerpo, no puede convertirse en un ente oscuro porque tiene alma. El punto intermedio es el cuerpo, por ello defiendo que es el cuerpo quien tiene todo el material para desarrollarse al interior del mundo material y también puede elevarse o caer tanto como el individuo lo decida, es cuestión de elecciones.

Por tal motivo, el arte no debería ser desdeñado, el arte no solo puede construir sociedades integras, puede ser la vía de ascensión humana, y el cuerpo es la herramienta con la cual fuimos dotados para realizar la gran obra de arte que somos, una obra contradictoria por su naturaleza dual, llamada a equilibrar y coexistir inmersa en ellas, a fluir y existir dignamente, siempre hacia el bien común, el arte es un camino escabroso pero lleno de luz si se sabe aprovechar cada elemento que le conforma, así como cada persona que ostenta el titulo de profesor, ya que será la guía de personas en la búsqueda de su ser.


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