La agonía de crear
"La creatividad es como la maleza: renace con muy poquitos cuidados"; leía esta frase en el libro The Artist's Way (1992) de Julia Cameron, destacada escritora, profesora, periodista, artista, cineasta, dramaturga y compositora estadounidense, sin embargo, para mí representa a la terapeuta que aportó herramientas útiles en materia educativa; sin ser pedagoga de profesión, mostró como el juego a través de la creatividad genera un clima óptimo para el aprendizaje significativo; concepto acuñado por el psicólogo David Ausubel en 1963, su teoría sostiene que el conocimiento es una especie de red interconectada debido a los factores que lo generan, en otras palabras el aprendiz interconecta el saber adquirido con nueva información, de este modo va a construir conocimiento nuevo para él, cuya relevancia estará determinada por el sentido y significado que representa en su existencia.
Seguramente te estarás preguntando, y qué tiene que ver esto con la creatividad, pues bien, tiene mucho que ver, porque el ser humano así como todo ser vivo es esencialmente creativo debido a nuestra capacidad de continuar con la vida, pero el ser humano se desmarca por llevar su actividad creadora hacia puntos insospechados, dando como resultado una serie de inventos que si bien han facilitado la existencia, también han hecho que pierda sentido la necesidad de búsqueda, por otro lado está la creación de contenido artístico donde se subliman estados internos del ser humano mediante obras de arte y todo esto se vuelve algo significativo para su creador que desde un enfoque personal transforma la sustancia interna que lo habita y la expone de una forma pura y fiel a su verdad, empero querido lector, siempre y cuando el proceso sea bien conducido.
Sucede que en los primeros años de vida el ser humano atraviesa etapas/estadios que son las bases de su desarrollo psico-afectivo, al interior del núcleo primario que es la familia, más tarde al ingresar a la escuela aprenderá las reglas sociales y su creatividad innata será moldeada por un sistema educativo y social que más temprano que tarde, limitará esa capacidad creadora, porque ya no se es fiel al proceso interno, simplemente deriva en un apego a las formas preestablecidas.
Por eso es que al hablar de creatividad y del agobiante proceso que implica crear es necesario entender que es lo que sucede con esta capacidad que habita dentro de cada ser y que no es una actividad exclusiva de los llamados artistas, de hecho en ocasiones el "artista" es capaz de crear por oficio, es decir, se encuentra familiarizado con la actividad que realiza, por ejemplo, en el caso de un coreógrafo/docente/bailarín estará mas que habituado a realizar algún trazo coreográfico, por lo que será capaz de realizar coreografías visualmente compensadas y estéticas, pero que no muestran nada sobre su creador y finalmente el proceso creativo no persigue esa finalidad, ya que, si ese mismo coreógrafo/docente/bailarín realiza una coreografía interpretada por él, podrás ver como en la mayoría de los casos enfrentan un bloqueo en alguna parte del proceso (si no es que en todo) debido a que a dejado de conectar con su parte creativa y esto puede tener su origen en su constante dialogo interno sobre ideas preconcebidas, incluso el ruido externo, problemas cotidianos y el no encontrar la forma para fugarlos puede cancelar la expresión creativa.
Crear es un acto que implica una transformación lenta y dolorosa en alguna parte del proceso, seas egresado de conservatorio o no, de tal suerte, que cualquier creativo enfrenta el penoso camino de sentir limitación, estancamiento, incapacidad de encontrar las vías adecuadas para expresar su contenido interno, en otras palabras, todo artista experimenta la agonía de crear porque implica coherencia entre lo que se es, lo que se siente, lo que se piensa, lo que se dice, cómo se dice y para qué se dice.
El hecho de crear es una actividad inherente al ser humano, no es el privilegio de unos cuantos, crear es fascinante, así como frustrante para su creador, pero ¿por qué? básicamente porque dejamos de escuchar nuestra voz interior, es una desconexión con el ser, se pierde el sentido en la forma, la técnica, el adonis, la opinión ajena, las creencias limitantes, las expectativas personales y podríamos añadir los estereotipos propios de cada disciplina artística, una opción a elegir es conectar con tu propio sonido, tu voz interna, encontrar tu propia forma dentro de la forma, sin juzgar si es correcto o no, seguramente esta es una vía que ayuda a centrarse y hablar honestamente la historia personal que es cada cual, considero este punto vital porque cuando te encuentras, y tienes algo que decir más allá de tu pequeño ego, la creatividad encuentra las formas de abrirse paso entre tanto ruido mostrando la valía del arte dentro de las sociedades como un puente entre el creador y los espectadores, inspirando así los más nobles sentimientos.
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