Notación Laban y la creatividad
Las capacidades motrices son fundamentales para lograr el desarrollo integral de los alumnos de danza. Desde el nacimiento la motricidad se transforma considerablemente, cuando evoluciona la forma de los movimientos, debido por una parte a los cambios de relación de longitud entre los segmentos, y por otra a las modificaciones en los procedimientos de guía y de control.
A partir de los nueve o diez años, la maduración casi definitiva del sistema nervioso central permite al niño aumentar más sus ejecuciones motrices gracias a una mejor explotación cognoscitiva de su experiencia afectiva. Pero esa ventaja no puede concretarse más que en la medida en la que la experiencia esté marcada de intencionalidad.
La palabra creatividad se ha utilizado indiscriminadamente, a menudo no existe una definición definitiva, ya que se considera a la creatividad diversa y compleja. Bajo diferentes perspectivas, la creatividad se puede estudiar como rasgo distintivo de una persona, como proceso, como producto o como situación. La creatividad, como esquema mental, influye en el modo que tiene el niño de enfocar globalmente su mundo. Se define, en sentido amplio, como la habilidad para percibir y producir cosas nuevas. La creatividad incluye el uso flexible de la inteligencia, el razonamiento y la perspicacia, y se manifiesta en la invención y creación de historias fantásticas. Se puede hablar de creatividad cuando los individuos o los grupos logran dar salida espontánea al propio potencial, lo reflexionan, lo meditan y modifican en relación con la realidad, con un orden dado.
El papel del profesor es especialmente importante para el desarrollo de la creatividad, al crear el clima idóneo donde se valore el pensamiento creativo; al aplicar estrategias y procedimientos para estructurar las interacciones dentro del salón, para favorecer el conocimiento compartido y la inteligencia repartida; al fomentar la metacognición mediante el modelado de los propios procesos de pensamiento, ayudando a los alumnos a ser conscientes de su propio pensamiento, y, al proporcionar la instrucción explícita de las habilidades de pensamiento.
Rudolf Laban fue pintor, arquitecto, bailarín, coreógrafo y teórico. A principios del siglo XX, fue iniciador del movimiento de expresionismo en danza en Alemania. Sus estudios sobre el movimiento cambiaron el curso de la danza en el siglo XX y sus teorías revolucionaron la actitud que actualmente se tiene ante el movimiento humano.
Laban se interesó en desarrollar la danza teatral, la danza educativa, la danza comunitaria, la capacidad de poder leer y escribir la danza, la teoría de la danza y los inicios de la danza terapéutica. El trabajo de Laban incorporaba la improvisación, la toma de decisiones en equipo y poca o ninguna música. Sus teorías sobre la danza y el movimiento influyeron sobre el desarrollo de la danza moderna en Europa.
Laban desarrolló una sintaxis del movimiento que se podía anotar. Esta notación se perfeccionó hasta convertirse en Labanotación, una forma precisa de anotar el movimiento y la coreografía. La Labanotación en sí misma es como un alfabeto que define al movimiento como: qué parte del cuerpo se mueve, hacia dónde se mueve en el espacio, cuándo se mueve en el tiempo y cómo o la forma de moverse.
Inspiradas en el sistema de notación de Rudolf Laban, Ann Hutchinson Guest y Valerie Preston-Dunlop concibieron, en 1954, la notación de motivos. Este tipo de notación busca estimular la creación y la expresión. Cada símbolo de esta notación propone una idea de movimiento que puede ser interpretada libremente por el estudiante. A este se le brindan los símbolos y estos pueden ser utilizados como palabras que invitan a la acción.
Con los símbolos se pueden organizar muchos juegos creativos porque los niños tienen la libertad de expresarse y de interpretar libremente lo que los símbolos proponen. Además, los símbolos sirven como guía para establecer un vocabulario común entre todos los participantes y con ellos se puede experimentar y explorar los conceptos de movimiento hasta que poco a poco se logran componer secuencias de movimiento que se pueden anotar y compartir. De esta forma se fomenta la creatividad en los estudiantes de danza.
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