Ser docente en danza

08.11.2022

En algún momento de su carrera, los bailarines terminan enseñando. La enseñanza de la danza puede parecer una tarea fácil, sin embargo, la enseñanza de la danza requiere habilidad para mantenerse al día con las demandas técnicas y artísticas en constante cambio. En la actualidad, la forma en que se enseña la danza ha sido condicionada por las creencias y los valores de los maestros que promovieron su enseñanza en el pasado. A menudo, los profesores de danza que no han asistido a una institución formadora de docentes, aprenden su oficio de la generación anterior de maestros, sobre la marcha, por lo que tienden a repetir lo que les enseñaron, sin análisis y sin crítica. Lo anterior ha dado como resultado un cambio lento en los métodos de enseñanza de la danza, sin embargo, los crecientes conocimientos sobre el funcionamiento anatómico y kinesiológico del cuerpo han afectado las prácticas de la enseñanza, lo que ha motivado un mayor entendimiento sobre el funcionamiento del cuerpo humano al bailar y para prevenir y reparar lesiones. Pero esto no es suficiente, porque estos conocimientos no cubren la estética de la danza ni los cambios en la estética que los coreógrafos contemporáneos manifiestan en sus obras.

Al analizar la educación dancística, se encuentra que se basa en un amplio campo de prácticas dancísticas que incluyen la interpretación, la improvisación, la apreciación, la coreografía, la crítica y más. Por otra parte, la educación dancística explora las formas en que los cuerpos humanos se mueven en el tiempo y en el espacio. Estas prácticas ofrecen múltiples condiciones para que los estudiantes se involucren, entiendan y respondan a través de distintos enfoques y en diversos contextos de su práctica dancística.

Asimismo, se percibe que la educación dancística desarrolla importantes competencias disciplinarias y transversales para aprender y vivir bien juntos en un mundo interconectado y cuando está bien diseñada contribuye a la participación en el aprendizaje, la autoeficacia y una amplia gama de efectos académicos, sociales y emocionales. Es por lo anterior que el objetivo final de la educación dancística es permitir que los estudiantes sean creadores competentes, buenos intérpretes y críticos, por lo tanto, la educación dancística debe ofrecer a los alumnos diferentes formas, únicas y poderosas de percibir y dar sentido al mundo.

En esta nueva propuesta el aprendizaje de la danza ocurre a través de un programa secuencial de estudios que abordan el desarrollo físico, emocional, social, intelectual y estético de los estudiantes. El aprendizaje de la danza se da en un enfoque práctico que incorpora varios estilos de aprendizaje e inteligencias.

Es por lo anterior que los profesores de danza deben tomar conciencia de las necesidades de los alumnos en su formación como bailarines y aclarar los errores e incongruencias del entrenamiento dancístico, para ir cambiando el paradigma actual del entrenamiento dancístico, lo que conlleva desarrollar la actualización del trabajo docente. Sin embargo, es pertinente hacer estos cambios con prudencia, primero con la información y después con la práctica porque cambiar una tradición de repente es difícil y hace que muchos profesores se intimiden y se aferren más a las tradiciones de la enseñanza de la danza.

En la actualidad existen muchos enfoques de la enseñanza y se están introduciendo nuevas metodologías de aprendizaje que promueven la formación de estudiantes autónomos, capaces de aprender a aprender y que permiten el aprendizaje de habilidades o competencias que los prepararán para su vida profesional. Sobre todo, es importante que se preste atención a la división que existe entre la enseñanza de la técnica y el aprendizaje de las prácticas artísticas, para que la danza no se convierta en una habilidad de movimiento útil y un método de entrenamiento sin un fin artístico. Es por eso que se debe seguir un modelo educativo más amplio que incluya la interpretación, la apreciación y la composición.

Los cambios en la formación de los docentes de danza deberán reflejarse en la educación dancística, con una forma de enseñanza más acorde con los tiempos que corren, que demandan profesionales cada vez más calificados y capacitados para enfrentarse a los nuevos retos que los coreógrafos contemporáneos proponen.


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