Sobre la manifestación artística

06.03.2023

Como seres humanos nos vemos influidos constantemente por el entorno y las experiencias; ser artista implica ser consciente de lo que queremos que influya en nosotros; la creación sucede a partir de nuestras relaciones con el entorno. Toda interacción conlleva puentes de aprendizaje, cuando dos individuos –artistas– colaboran, se amalgaman en un cristal redondo en el que transparentes se miran, se aprenden y se reconocen desde la esfera –sin esquinas– de la toma de conciencia que conlleva el experimentar los beneficios de cada acción que emprendemos son incalculables, ondas que permean el tiempo: el pasado –los recuerdos resignificados–, el futuro –porvenir que se redirecciona acorde con las decisiones presentes–.

 Imposible calcular los beneficios que suceden de una creación artística, pero es posible saber que –si se reflexiona durante el proceso– los habrá. Crear implica búsqueda, tocar el centro interno y las fibras emocionales; remover bloqueos y cuestionar paradigmas; excavar en los demonios del artista para sublimarlos en una pieza que será resultado y canal. 

La colaboración artística es el flujo de ideas entre individuos. Dos procesos distintos convergiendo para un mismo fin. Sinergia es un tipo de movimiento que necesita dos o más entidades para existir: la colaboración artística es sinérgica, genera mundos, realidades inmensurables en la matriz del arte. Algunas artes generan objetos –cuerpo físico–, otras producen sonido –como objeto invisible–, que provienen de un cuerpo que las crea. En resumen, el arte implica cuerpos creando cuerpos: génesis.

Cuando un óvulo y espermatozoide se juntan y generan un cigoto, las células se reproducen, y continúan formando a un ser humano, si bien esto es ciencia, ¡también es milagro! ¿Qué lleva a dos elementos provenientes de caminos distintos a mezclarse para crear un portal de vida al mundo? ¿Qué hace latir un corazón dentro de un vientre? ¿Qué provoca el desarrollo de un bebé para continuar creciendo hasta volverse adulto? ¿Qué inspira a un artista a crear? Las ideas del artista son óvulos, que son desechados cada cierto tiempo en un ciclo natural, más si entran en contacto con el mundo que les rodea –alguna otra inspiración, idea, persona, conversación, objeto– el contacto exterior funge como espermatozoide que fecunda en el artista una idea creativa.

 Dos ideas confluyen y se encuentran para combinar colores, y sin embargo, la genética de cada colaborador permanece en los cromosomas de la pieza creada. Colaborar es la naturaleza del cuerpo, el mundo colabora para la vida… por eso los artistas hemos de reconocer nuestra colaboración con todo lo que nos rodea... Nuestras ideas no son nuestras. Existen en el universo y nos ocupan –nos invaden, nos poseen–: espíritus que buscan cuerpo a través de nuestro quehacer. Honrar la creación sucediendo a través de nosotros y no a partir de nosotros.Las ideas son potencia, la colaboración ineludible las torna en realidad.


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